Hace poco celebramos con Martina nuestro 5to aniversario de matrimonio, wow! si que pasa rápido el tiempo. A diferencia de otros años en esta ocasión nos decidimos a hacer de esta fecha algo especial y por ello planeamos un viaje a Santa Marta, en la costa Caribe de Colombia. En concordancia con el ánimo de celebración quise hacerle un regalo un tanto diferente y memorable para esta oportunidad, así que antes de viajar pase por la Panamericana más cercana, ah cierto que en Bucaramanga solo hay una, bueno déjenme soñar que mi ciudad es más grande y cosmopolita ;). En fin, en esta ocasión le regale un libro de poesía, algo que por alguna razón no se me había pasado por la cabeza. Entre el descanso, el agite entre las sábanas y alguna salida semi-swinger que luego les contaremos, logramos pasar por cada uno de los poemas escritos por Neruda en su libro «Veinte poemas de amor y una canción desesperada». Hoy deseamos compartir algo de poesía erótica de Neruda en uno de sus poemas, que a nuestro juicio despierta los sentidos, hace volar la imaginación y despierta la líbido. Sin más el poema nueve:
9
Ebrio de trementina y largos besos,
estival, el velero de las rosas dirijo,
torcido hacia la muerte del delgado día,
cimentado en el sólido frenesí marino.
Pálido y amarrado a mi agua devorante
cruzo en el agrio olor del clima descubierto,
aún vestido de gris y sonidos amargos,
y una cimera triste de abandonada espuma.
Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única,
lunar, solar, ardiente y frío, repentino,
dormido en la garganta de las afortunadas
islas blancas y dulces como caderas frescas.
Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos
locamente cargado de eléctricas gestiones,
de modo heroico dividido en sueños
y embriagadoras rosas practicándose en mí.
Aguas arriba, en medio de las olas externas,
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos
como un pez infinitamente pegado a mi alma
rápido y lento en la energía subceleste.