Relatos Swinger: Inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad – P2

Relatos Swinger: Inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad - P2

En la primera parte de este relato Swinger, Carlos se vió sorprendido cuando sus vecinos y su esposa le hicieron un regalo de Navidad insospechado y delicioso. Inclusive Carlos lo dudó por un segundo y se hizo algunas de esas preguntas que se puede hacer una pareja antes de comenzar en el swinging. Ahora Carlos y su vecina Adriana yacen en la habitación, aquí les dejamos la parte 2 de los inicios de una pareja Swinger o un regalo de Navidad.

Sinopsis

Un regalo de Navidad se le da a un amigo.

Tags: mujer-hombre, parejas, oral, swingers, navidad, embarazo?

Relato Erótico Swinger

Acosté a Adriana en la cama y le dije: «Quiero que me desvistas ahora”, lo que ella hizo sin oponerse. Luego le dije, «Primero quiero esos encantadores labios rodeando mi verga y que me des una buena mamada”. Ella apoyó sus manos en el borde de la cama, se puso de rodillas delante de mí y luego tomó mis 17 centímetros completos en su boca como si fuera una aspiradora. Sus movimientos de lengua comenzaron a volverme loco. Después de un minuto, más o menos, supe que me iba a venir, así que le dije que se detuviera. Luego me acosté en la cama y le dije que hiciera un 69 conmigo. Ella puso su hermosa concha afeitada en mi boca y otra vez se dedicó, con el mayor de los embelesos, a hacer garganta profunda en mi verga. Yo chupé y lami su vulva, tenía mi lengua tan adentro de ella como posible era. Ella tenía un sabor delicioso, como si tuviera rocío de fresas en su concha. Le dije que ella no podría correrse hasta que yo la dejara. Ella estaba al borde de hacer squirt, pero no la dejaría correrse hasta que estuviera listo para disparar mi carga en su estómago.

Cuando no pude aguantar más, le dije que podría venirse, justo en ese momento disparé 6 o 7 descargas de semen en el interior de su garganta. Ella, por su parte, eyaculó tanto que las sabanas de la cama quedaron empapadas. Mientras me estaba recuperando, ella destendió la cama y puso sábanas de seda limpias.

Entonces me acosté en la cama y Adriana comenzó a jugar con mi falo, parecía una adolescente. No pasó mucho tiempo antes de que estuviera listo para penetrarla de nuevo. Esta vez Adriana guió mi pene en su apretada cuca. Tuve que tomarlo con calma, y ​​Adriana me dijo que no solo lo tenía un poco más largo que Tom, sino que el mío era mucho más grueso. Los músculos de su vagina estaban presionando fuertemente contra mi pene, pero lentamente lo tuve casi todo completo adentro de ella. Dejé de presionar durante unos segundos para dejar que ella se adaptara a mí, luego saqué la cabeza de mi pene. Y entonces, en un solo empujón, embestí dentro de ella hasta mis bolas.

Adriana dijo: «¿Sientes eso?»

«¿Ese golpe?» Respondí.

Ella dijo: «Sí, la cabeza de tu verga en la puerta de mi útero. Se siente fantástico «.
Lentamente comencé a embestir dentro y fuera de ella, pero siempre concluía mi golpe fuertement para que ella me sintiera dentro de su matriz. Tengo un buen ritmo a la hora de coger, por lo que Adriana comenzó a eyacular y eyacular.

Cada vez que estaba cerca de venirse, dejaba de embestir durante 20 o 30 segundos, luego volvía a iniciar. Adriana se venía cada 3 o 4 minutos. Mantuve aguantando mi explosión todo lo que pude, pero finalmente no logré detenerlo más. Le dije a Adriana que se lo iba a sacar ya que no estaba usando un condón. En ese momento ella envolvió sus piernas a mi alrededor y mantuvo sus tobillos juntos. Me dijo: «No, no te retires, yo quiero tu semen tibio dentro de mí».

Le di un último empujón y le dije que allí venía toda mi carga. Ella se estremeció con otro orgasmo mientras la llenaba de mi tibia semilla. Después de recuperar el aliento dije: «Espero que estés tomando la píldora, porque tienes un montón de esperma dentro de ti ahora».

Empecé a retirarme y ella no me dejó. Solo ponte sobre mí por un tiempo, se siente tan bien, dijo. Me puse encima de Adriana y comencé a jugar con sus grandes pezones y a chupar sus tetas. Mientras tanto, mi erección disminuyó lentamente y poco a poco solo ocupé alrededor de 10 centímetros dentro de ella.

Una vez más, ella me pidió que no se lo sacara, así que continué chupando sus pezones y de vez en cuando me acercaba a besarla de nuevo. Después de unos 15 minutos, ella dijo que quería levantarse un momento, pero que antes de irme debía volvérmela a follar.

Nos acostamos en la cama y todavía jugaba con sus tetas. Adriana dijo: «No sabes lo bien que se siente. Se siente como una línea directa a mi útero, estoy a punto de venirme sobre ti, solo con tus juegos”. Siempre me gusta que se sientan bien, bromeé. Ella dijo, «Sabrina, tu esposa, no estaba bromeando cuando me dijo que me encantaría cuando me hicieras el amor».

«Amo a mi esposo, pero él no puede compararse contigo en el cama. ¡Cuando quieras cogerme, solo vente y vente en mi!»

«¿Qué excusa usaría?» Yo pregunté. «La Navidad es solo una vez al año, ya sabes».
Ella solo sonrió y dijo: «¿Estás listo para coger de nuevo?»

Le dije que me diera algunos minutos todavía, entonces estaría listo. Mientras ella esperaba, puso dos almohadas debajo de su culo. Cuando le pregunté qué estaba haciendo, me dijo: «Esto es para que tengas un mejor ángulo al entrar en mí». Ella me guió nuevamente dentro de ella, «esta vez», me dijo, «Quiero que sea duro. Cógeme como si fuera la última vez que lo fueras a hacer. Hazlo duro, rápido y méteme un dedo en el culo mientras lo haces, quiero sentirte en mí por todas partes».

«¿Estás segura?», Yo pregunté.

«Sí”, ella dijo,»quiero que me folles hasta que yo no aguante más”. Cuando entré en ella, fui hasta el fondo en un solo movimiento y la penetre con la resolución de un taladro. Seguí embistiendo, seguí penetrándola a ella y cada vez que me introduje en su útero, ella decía «dios, sí más fuerte». En ese punto introduje un dedo en su culo justo cuando estaba a punto de eyacular. Apenas puedo recordar lo excitante de sentir como la penetraba por segunda vez con mi mano y la sensación de palpar, desde adentro, mi verga introduciéndose en ella, era satisfacerla y satisfacerme doblemente en un solo instante. Su orgasmo fue tan intenso que sus fluidos llegaron a mis talones, sin tocar mi piernas.

Seguí yendo hasta el fondo y posponiendo mi explosión. Cuando no pude aguantar más tiempo, me vine y de nuevo liberé una enorme carga de semen en su útero. Luego me acosté sobre ella mientras disminuía mi erección. Cuando llegó al punto en que solo tenía algunos centímetros dentro de ella, comencé a tirar hacia fuera, y de nuevo ella dijo: «No, déjalo».

Así que durante algunos minutos me quedé encima de ella, relajado. Finalmente, dije, «Si me sientes demasiado pesado para mantenerme encima tuyo, dímelo y me bajaré, quería que sepas que estoy disfrutando de tu cuerpo un montón.»

Luego pregunté: «¿Para qué eran realmente las almohadas?»

Ella respondió: «Para que tu esperma se quede retenido en mi útero, todo lo que sea posible, así que con un poco de suerte quedaré embarazada con tu bebé «.

«¿Qué? Estás bromeando, por supuesto».

«No», dijo ella, «pero déjame explicarte lo que está sucediendo».

«Sabes que Diego y yo hemos estado tratando de tener un bebé, sin éxito. El doctor nos dijo que el problema radica en que el recuento de espermatozoides de Diego es tan bajo que solo hay 1 posibilidad en 50’000.000 de que alguna vez quedé encinta de un hijo.

«El otro día, cuando Sabrina estaba aquí, le dije que iba a ir a un banco de esperma y que me dejaría inseminar artificialmente. Sabrina pensó por unos minutos y dijo, ¿por qué no hacer que Carlos lo haga? No les costará nada y tendrás la diversión de coger con él. Luego Diego dijo, “suena como una excelente idea”, pero ¿cómo conseguiríamos que lo hicieras?. El no podía simplemente salir y decir “Carlos, cógete a mi esposa y déjala embarazada”. Entonces, fue cuando a Sabrina se le ocurrió la idea de darte mi cuerpo como un regalo de Navidad, así sería difícil para ti rechazar el regalo. «Genial», gruñí, «tengo que cogerme a la esposa de mi mejor amigo y dejarla embarazada, y ¿qué saca él de todo esto? ¿Solo un bebé que no es suyo?» «No es así», respondió Adriana. «¿Dónde crees que está Diego ahora? Él se está cogiendo a Sabrina, esa es la Navidad de ustedes para él. Un bebé tuyo es mi regalo, y si aún no estoy embarazada, debes seguir intentándolo hasta que lo haga”. “Sabrina se divierte con Diego. Es un ganar-ganar en todos los sentidos».

Relatos Swinger: Inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad – P1

Relatos Swinger: Inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad - P1

De tanto en tanto Martina y yo sondeamos la web en búsqueda de relatos swinger. El día de hoy se nos ha ocurrido que con el mismo entusiasmo con que Vargas Llosa escribía para evitar que los cuentos de su infancia se terminaran, nosotros podríamos crear nuestras versiones de tierra caliente de los relatos eróticos swinger que más nos encienden. Sin más les dejamos la primera parte de como inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad. Aquí encuentran la segunda parte.

Sinopsis

Un regalo de Navidad se le da a un amigo.

Tags: mujer-hombre, parejas, oral, swingers, navidad, embarazo?

Relato Erótico Swinger

Mi trabajo me obliga a ausentarme de casa en las noches, de manera que es frecuente que no esté al tanto de lo que ocurre en nuestro vecindario. El miércoles pasado, cuando llegué a casa del trabajo, Sabrina, mi esposa, dijo: «No nos podemos perder la oportunidad de ver la decoración de Navidad de los vecinos».

Me cambié de ropa y comenzamos a caminar por las calles del vecindario. Algunos tenían bonitas decoraciones luminosas, y otros ya habían apagado por esa noche, pero en la siguiente cuadra, nuestros amigos Adriana y Diego todavía tenían las luces encendidas, y estaban parados en el pórtico de su casa.

Sabrina y yo miramos las luces y subimos al pórtico para hablar con ellos por un par de minutos. Diego abrazó a Sabrina, y Adriana vino a abrazarme. Mientras ella me abrazaba, por alguna razón, le di un beso en la mejilla. Era la primera vez que lo hacía con alguien distinto de Sabrina. Ninguno hizo comentario alguno, conversamos por un buen rato y luego continuó nuestro paseo alrededor de la cuadra y de regreso a casa. Una vez en casa, ambos caímos en un sueño profundo.

El sábado por la mañana, me levanté hacia las 9 a.m. como de costumbre. Sabrina aún yacía dormida al lado mío y se podían entrever sus senos al través de su diminuta pijama transparente y se le esbozaba su magnífico trasero apenas contenido por los shorts de su conjunto. Después del desayuno, Sabrina me dijo: «¿Por qué no das un paseo? Es un día tan lindo, mientras tanto yo puedo encargarme de las labores caseras». Debo decir que parecía una excelente idea, sabiendo lo infrecuente que puede ser una oferta así en la vida matrimonial, así que me puse los zapatos y salí de nuestra casa.

Una vez afuera, decidí caminar hacia la zona comercial, pensé que tal vez hiciera unas compras navideñas para Sabrina. Mi camino me llevó por el sendero de la casa de Diego y Adriana. Cuando estaba pasando por su casa, Adriana salió, me invitó un momento a su casa y me ofreció una taza de café. Diego había salido a su casa materna por algo que Adriana explicó, mientras servía el café.

«Tengo que ir arriba para revisar algo», dijo Adriana, «voy a subir un segundo, vuelvo enseguida.»

Cuando regresó, vestía un ínfimo conjunto de ropa interior. Sus bragas eran de color verde profundo y el brasier era de color rojo encendido. El sujetador apenas cubría sus pezones erectos, por el frío matutino, y la parte inferior estaba tan apretada que se metió en los labios de su vagina y no escondió nada ella, también tenía una gran etiqueta colgando de su cuello que decía: Feliz Navidad a Carlos, te desean Adriana y, espero te guste tu regalo, aparecía firmado por Diego.

No hace falta decir que me quedé impresionado. Apenas pude balbucear: «Tienes que estar bromeando». Su respuesta fue: “Soy tuya para hacer lo que tú desees, hasta que te vayas de regreso a casa. ¿Por qué no desenvuelves tu regalo? No te preocupes por Sabrina, ella lo sabe».

Ahora estaba atónito. «Sabrina sabe que me estás dando todo tu cuerpo como un regalo?”, yo pregunté.

«Sí, ella fue quien lo sugirió».

Sobra decir que estaba sorprendido en suma medida, se podría decir que pasaron por mi mente esas preguntas que se podría uno plantear antes de ser Swinger. Sin embargo a caballo regalado no se le mira el colmillo, caminé hacia ella, tomé la etiqueta alrededor de su cuello, y luego me paré allí mirándola. No quería perder la oportunidad de ver de arriba abajo a nuestra exquisita vecina, ni tampoco quería que mi memoria pudiera perder ningún detalle.

Adriana tiene un cuerpo fabuloso. 1 metro con 73 centímetros, 53kg y una figura esbelta. Yo la tomé en mis brazos y la besé. Mi lengua se enredó con la de ella. Al mismo tiempo, mis manos estaban detrás de ella para deshacer su brasier. Ahora sus tetas solo estaban siendo sostenidas por la presión de mi cuerpo. Después de aproximadamente 5 minutos de un beso francés, detuve el beso y di un paso atrás, su corpiño cayó al suelo. Sus pezones se destacaban casi 2 centímetros por delante de sus tetas, y sus tetas no se movieron en absoluto. Empecé a besar esos encantadores melones, chupando sus largos pezones y comenzó a jadear.

Me incliné con una mano e intenté sacarle sus diminutos panties, pero fue imposible. Adriana dijo: «Están hechos de material muy elástico y los compré tres tallas más pequeños solo para ti. Vas a necesitar ambas manos para estirarlos lo suficiente como para desnudarme”.

Estaban extremadamente apretados sobre su pelvis. Tomó casi 5 minutos para ponerlos debajo de sus rodillas. Ella debía llevar un largo tiempo usándolos, ya que no tuvo tiempo para vestirse con ellos en el instante que subió las escaleras. Todavía tomó un minuto o dos más para quitárselos de la parte inferior de sus piernas. Una vez que logré quitárselos, ella dejó escapar un gran suspiro, y dijo: “Luego de tanto esfuerzo, lo único que conseguirás es volver a verlos puestos sobre mí”.

Eso sonó como una promesa futura para mí.

Una vez culminado ese arduo trabajo, puse 3 dedos en su cuca e hice que ella pusiera sus brazos alrededor de mi cuello. Luego puse mi otro brazo debajo de su tonificado culo, y dije: «¿Cuál es el camino a la habitación?»

Ella respondió: «Sube los escalones y a la primera puerta a las derecha”. La levanté firmemente, sintiendo la humedad de su vulva sobre mis dedos y nos fuimos.

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Dejamos hasta aquí el relato erótico, si desean continuar aquí está la segunda parte de como inicia una pareja Swinger o un regalo de Navidad.

Relatos Swinger: Perdiendo la virginidad en una fiesta Swinger

Spencer Tunick vs Fiesta swinger

Nos encantan las fiestas swinger, ya lo hemos dicho antes, pero no sobra volverlo a decir y recordar que pueden ser uno de los lugares más efectivos para buscar otras parejas swinger o singles. Parte de lo que nos encanta de las fiestas swinger es la idea de que se puedan convertir en una orgía que por lo demás es una de las fantasías que tenemos con Martina. Nos deleita y enciende imaginar la tensión sexual que podría generar un cuarto lleno de parejas deseosas de probar las delicias orgiásticas terrenales. Esa sensación incómoda, al inicio, de no saber cómo se podría iniciar, tal vez los primeros besos entre personas que recién se conocen y poco a poco deslizarse, y dejarse caer en la tentación irrefrenable de otros labios, otra cuca, otras piernas, otros penes, y gemidos, nalgadas, el delicioso sonido, a veces silencioso, de una mujer chupando la verga de un hombre que apenas acaba de conocer, se atraganta con el miembro en su garganta, con el consentimiento de su esposo, que por lo demás disfruta ver cómo follan su rostro, y como a su esposa se le eriza la piel al doblegar al otro hombre, mientras al tiempo está clavando a otra dama, que por su mal comportamiento merece un buen par de nalgadas en su trasero apenas enrojecido, señorita de verdad que eres una putita, si señor estoy a tu servicio para que me cojas con todo el ímpetu, son conversaciones licenciosas que permite la confianza del mundo swinger. En resumen, todo aquello que bien supo retratar el Bosco en su cuadro «de las delicias terrenales», que ya van adivinando como le pusimos el nombre a este blog.

Hace unas 3 semanas volvimos a visitar una fiesta swinger con Martina, llevábamos mucho tiempo sin asistir a una. Como también teníamos el deseo de volver a vernos con una pareja amiga acordamos vernos con ellos antes de la fiesta y llegar juntos. En realidad, teníamos la fantasía de arreglar todo para que intercambiáramos parejas en el camino a la fiesta y habíamos hablado con Martina que buscaríamos calentar las cosas en el trayecto en el carro. Entonces yo iría en nuestro auto con Matilde, nuestra amiga, para coquetear y eventualmente podría susurrarle al oído que me moría por sentir sus labios sobre mi verga, sería delicioso tener la licencia de recibir una felación conduciendo con una amiga que hacía años no veía. Por su parte, Martina tomaría la iniciativa para consentir a Ricardo, el esposo de Matilde, y lo haría gozar con su garganta al tiempo que conducía a la fiesta. Bueno, ese era el plan, ya ven que nos gusta fantasear. Sin embargo, mientras llegaba el sábado conversamos con una pareja nueva de Twitter y no se imaginan lo emocionante que fue que aceptaran vernos todas las tres parejas en la fiesta. Para mi cualquier fotografía de Spencer Tunick era un eufemismo al lado de lo que se nos aproximaba, juzguen ustedes mismos las proporciones con la foto del artículo.

Laura y Daniel eran los nombres de la pareja que recién conocíamos. Ese día Martina llevaba una minifalda negra de cuero que le ceñía su delicioso culo y una blusa blanca que apenas le dejaba entrever su bonito ombligo, pueden verla en nuestra cuenta de Twitter @delisterrenales, parecía una universitaria de aquellas que están en el furor de las hormonas y que les fascina tocarse en conversaciones calientes con su novio. Ya me desvíe, a Martina le lucia muy bien su minifalda que dejaba ver sus blancas y apetitosas piernas, camino directo para subir por sus muslos y llegar a sus labios, su vulva, su sexo cóncavo, su cuca, su humedad y toda su sexual esencia. Recogimos a Laura y Daniel en un hotel un poco retirado de nuestra casa, pero sin duda valió la espera de llegar hasta allí, pues tuvimos la oportunidad de recordar esa inquietud de imaginarse como es una fiesta swinger, esa expectativa de conocer una nueva pareja para intercambiar, de repasar todas esas preguntas que te haces antes de intentar ser swinger. Cuando los vimos salir de su hotel se nos quitaron todas las dudas, era una pareja joven, agradable a la vista y con ese aire de legitimidad, de intimidad que de alguna manera nos tranquiliza cuando salimos con otras parejas del medio, porque nos da la seguridad de sentirnos parecidos, de estar ante otra pareja cómo nosotros común y corriente, bueno hasta donde se lo pueda decir de una pareja swinger. Laura era dueña de un cuerpo atlético envidiable y de esa flexibilidad y especie de energía que transmiten las mujeres de nuestra costa colombiana. Vestía unos shorts blancos que resaltaban sus largas y tonificadas piernas, debo confesar que me hubiera gustado que nuestro retrovisor estuviera mirando hacia abajo en el asiento para poderla apreciar en el camino hacia la fiesta.

Durante el camino tuvimos oportunidad de conversar de lo divino y de lo humano, claro sin negar que estaba presente esa tensión y esa risilla nerviosa de no saber que están pensando los otros. También, luego de salir de Floridablanca y cerca de Piedecuesta tuvimos oportunidad de encontrarnos con Matilde y Ricardo, y allí compramos algo de trago. Luego de esa parada y en el tramo final hacia la fiesta swinger, supimos que está era la primera vez en que Laura y Ricardo iban a disfrutar una fiesta swinger, y se habían decidido a probarlo con nosotros, wow fue un voto de confianza. Era algo delicioso y morboso imaginar que iban a perder la virginidad de su primera fiesta swinger a nuestro lado, claro si se daba la situación para que ello ocurriera. Bueno que uno podría decir que no es gran cosa está virginidad, pero al final de cuentas toca ponerle el morbo a cada cosa que se hace, ya saben que el cerebro es el mejor y más grande órgano sexual. Ya se imaginarán toda la expectativa que teníamos y las posibilidades que se abrían a medida que avanzamos por la vía. ¿Será que Martina pondrá sus piernas en el aire mientras un Daniel atlético la penetra con su pene vigoroso y la estimula en su clitoris? ¿Será que voy a tener la oportunidad de follarme una morena de cuerpo prieto y de piernas largas y deliciosas? Si quieren conocer la respuesta, con gusto la encontrarán en el siguiente artículo, que ya en este nos hemos extendido bastante en la introducción.

Gracias por su tiempo, querido lector y cualquier comentario o sugerencia es bienvenida, recuerde que nos encuentra dando vueltas de tanto en tanto en Twitter @delisterrenales o directamente aquí.

10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging – Parte 3

culo pareja swinger, trasero pareja swinger

Existe una obra de Shakespeare titulada «Bien está todo lo que bien acaba«, podríamos construir un corolario de este título que sea «Bien termina lo que bien inicia». En realidad no sabemos si esta serie de artículos de las 10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging inició bien, pues sólo ustedes pueden juzgarlo. Pero para nosotros fue una delicia darle respuesta a la pregunta de si ¿El Swinging es un camino sin regreso?, en la primera parte de la serie y luego explorar si para nosotros ser Swinger significa que no amo a mi esposa o esposo. Para no extender más la serie vamos a optar por dar una respuesta breve a cada interrogante y si por alguna razón alguien desea conocer los detalles entonces que lo pregunte en nuestro twitter @romeropancracio o en los comentarios abajo. Sin más este es el final de las 10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging.

5 – ¿Voy a sentirme celoso de verla con otro hombre?

Mi respuesta corta es no. Cuando iniciamos le tenía miedo a esta pregunta, después de todo nací, crecí y vivo en una sociedad mayormente católica y fuertemente machista, por lo que la idea de que Martina se acostara con otro hombre me mantenía inquieto. Sin embargo, con el tiempo he encontrado que hay dos razones para que no me den celos: La primera es que cuando estoy en medio de un intercambio mi atención se centra tanto en complacer a nuestra invitada y disfrutar el momento, que no se me pasa por la cabeza sentir celos; La segunda es que con el tiempo he aprendido que me hace feliz que ella este sintiendo placer, inclusive así no sea yo quién le esté dando placer, después de todo también es rico descansar mientras otro se esfuerza haciéndole sexo oral a Martina ;). A mi parecer ser swingers nos ha hecho más generosos mutuamente.

6 – ¿Ella se va a sentir celosa de verme con otra mujer?

Esta es la contraparte de la anterior respuesta y de igual manera nuestra respuesta es un rotundo: No. Claro, esto no quiere decir que nos hayamos tomado a la ligera la pregunta. Cuando iniciamos, Martina requirió que le reafirmara constantemente que no estaba buscando serle infiel y que nuestra relación era lo suficientemente sólida para que no trastabillara luego de que yo compartiera con otra mujer. En este sentido el consejo, para la primera vez, es llegar rápidamente al punto en que la libido nubla el pensamiento racional y se está presto para aceptar nuevas formas de placer. Por ejemplo, Martina es una mujer a la que le fascinan los hombres y para ella es muy placentero disfrutar entre sus piernas a un hombre que la seduzca. Entendiendo esto, sé que su mayor debilidad no son las mujeres, sin embargo cuando estamos en el ambiente adecuado, ocurre que ella se humedece al besarse con otra chica. Inclusive le parece muy morboso antojarme al verla besuquear y lamerse los pezones con la mujer de la otra pareja.

7 – ¿Es más el riesgo que el placer que vamos a experimentar?

Para nosotros, al comienzo el riesgo superaba la expectativa de placer que preveíamos. Por eso duramos varios meses conversando y fantaseando con la idea de que otras personas nos acompañaran al tener sexo. De repente le decía a Martina que mientras yo le acariciaba y mordía los pezones, otro hombre comenzaba a besarle los labios exteriores, mientras con su lengua pasaba lentamente por su clítoris y que para aumentarle la tensión sexual alternaba el trabajo en su galletita, con besos lentos en sus muslos. El resultado de todo esto es que resultábamos en orgasmos más explosivos y con la idea fija de querer probar ser swingers. Al final, nos decidimos a probarlo y desde entonces nos parece que el placer supera de lejos el riesgo que involucra.

8 – ¿Por dónde comenzar?

Esta pregunta es una de las más fáciles de responder en la mente, pero es sumamente difícil de ejecutar en la realidad. Por naturaleza ser Swinger es algo que ocurre de forma privada, por no decir clandestina. Al inicio no sabíamos por dónde empezar y la poca información que encontrábamos no parecía ser fiable, nos hubiera gustado contar con algo cómo nuestro listado de cinco lugares dónde buscar parejas swingers o singles en Colombia. En resumen, para iniciar creemos que es esencial seguir 4 pasos: conversar honestamente en pareja, establecer reglas y expectativas, fantasear para vivir el swinging sin salir de casa y, finalmente, decidirse a contactar otras parejas.

9 – ¿Nos gustará?

Si, anímense! Si usted está leyendo este artículo es porque le genera curiosidad el tema. Con Martina tenemos la hipótesis de que cualquier persona con algo de apertura de mente y, con el ambiente y ritmo adecuado, puede llegar a disfrutar, y a ser fanático porque no, del Swinging. En nuestro caso llevamos 3 años y contando, nos sigue gustando y esperamos que sean muchos más.

10 – ¿Como nos vamos a sentir después de experimentarlo?

Este es un dilema del huevo y la gallina, o del huevo y la vagina mejor :). En fin, dejando de lado las digresiones sexuales, antes de experimentar este mundo cada uno quiere saber cómo se va a sentir después, sin embargo la única forma de saberlo es vivirlo, pero no se deciden a vivirlo porque no saben cómo se van a sentir después. Y vuelve y comienza el ciclo, de entrar o no entrar, de meter y de sacar, de sacar y de meter, y que delicioso que es este ciclo. Pero más delicioso es pararlo cuando se llega el orgasmo, por eso en vez de estarse preguntando cómo se va a sentir después, lo mejor es decidirse a vivirlo. Lo esencial es tener honestidad, entendimiento y confianza en pareja, y para no dejar la pregunta sin su respuesta, al final se va a sentir cómo nosotros ,más cómplice y unido con su pareja.

Esperamos que haya sido de su agrado este listado de 10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging.

Si hay alguna pregunta que se han hecho y desean conocer la respuesta que nos hemos dado pueden dejarla en los comentarios

Deliciasterrenales es un blog que iniciamos porque nos fascina lo erótico y porque quisiéramos que más personas disfruten de sus mentes y de sus cuerpos de forma libre y ética, entendiendo esta cómo el arte de vivir bien. aquí nos encuentran a Camilo y a Martina, mi esposa, si desean conocernos pueden visitar la página acerca de nosotros.

10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging – Parte 2

Esposa Swinger - Hotwife

En la primera parte de las diez preguntas antes de iniciar a ser Swinger les contamos nuestras respuestas a dos de los interrogantes. A continuación les dejamos las siguientes dos preguntas.

3 – El swinging va a deteriorar la relación con mi esposa?

Si no se ponen primero las cartas sobre la mesa, el Swinging comporta el mismo riesgo emocional que conlleva una infidelidad. En ese sentido es invaluable tomarse el tiempo y darle respuesta honesta y como pareja a la pregunta número dos acerca de qué es lo que se quiere en el swinger y porqué se quiere experimentarlo. En nuestro caso, el hecho de conocernos en nuevos ámbitos nos ha fortalecido. Si bien conversar sensatamente sobre el tema, exponer nuestros miedos y expectativas, no ha sido sencillo, si nos ha permitido ser cada vez más transparentes y conversar de forma más abierta sobre lo que sentimos. Por otra parte, crear y recrear escenas posibles en nuestra imaginación ha aumentado nuestra libido y la tensión sexual. Sumado con esto, la complicidad que implica desde tomarse una foto para compartirla y provocar miradas, hasta tener una cita con otra pareja y no saber que nos depara el destino, nos ha recordado lo que es hacer una picardía, ser creativos y jugar.

4 – ¿Ser Swinger significa que no amo a mi esposa o esposo?

Esta pregunta aplica especialmente para la persona que inicia con la curiosidad y que propicia la exploración swinger. En nuestro caso fui yo, Camilo, quién inició con la idea de que experimentáramos el intercambio de parejas. Por esa razón, al principio no cesaba de cuestionarme acerca de si realmente lo que estaba buscando era una forma de poderme acostar con otra mujer sin herir los sentimientos de Martina y sin separarme de ella, es decir, algo así como legalizar la infidelidad. Respecto de la relación entre la infidelidad y el intercambio de parejas no hemos sentido que experimentando el segundo hayamos perpetuado la primera. Inclusive debo decir que personalmente he fantaseado imaginándome que Martina me es «infiel» con algún hombre que apenas recién conoce, claro que de la fantasía a la realidad hay una buena distancia ;). Por otra parte, hemos conversado con parejas que ven el swinging como una manera de que no existan disculpas para que el otro sea infiel, es decir, particularmente que el no se consiga una moza, para ponerlo con el matiz de nuestra cultura predominantemente machista.

Algo que también se debe tener en cuenta, es que de forma general las parejas que se involucran en el swinging tienen claro que lo que buscan se enmarca en el ámbito de lo sexual, procurando mantener al margen los sentimientos. De esta manera se protege la relación que tiene cada persona con su esposa o esposo. En este sentido, es importante establecer reglas claras dentro de la pareja y con las otras parejas para saber que cosas son aceptables. Con Martina tenemos como principio darle la máxima importancia a la relación de los dos, por encima de las relaciones que establecemos con otras parejas. Se que suena un poco auto-centrado, pero es la forma en que nos sentimos a gusto y tranquilos de ampliar nuestra sexualidad invitando a otras personas a compartir las delicias de la alcoba.

Para cerrar esta pregunta, por lo demás ya bastante extensa, para nosotros la respuesta es que el swinging ha sido una forma de realzar el amor que siente cada uno por el otro. No solo ha implicado descubrir juntos facetas desconocidas de cada uno, sino que nos ha ayudado a entender que disfrutamos y nos excitamos cuando vemos al otro disfrutando, así estemos desde la perspectiva de observadores. De alguna manera nos hemos vuelto más generosos como pareja. De hecho, para nosotros algo delicioso, de todo el proceso de intercambiar con otra pareja, es compartir juntos los detalles que cada uno observó de la velada, reconstruir juntos la pilatuna y excitarnos en el proceso de volverla a narrar.

Por esta noche dejaré el artículo en este punto pues me he extendido extra con estas dos preguntas. Voy a procurar que la siguiente entrega contenga las restantes 6 preguntas, así deba dar una respuesta bastante concisa a cada interrogante.

Si hay alguna pregunta que se han hecho y desean conocer la respuesta que nos hemos dado pueden dejarla en los comentarios

10 Preguntas que te vas a hacer antes de probar el Swinging – Parte 1

Felación de viernes en la noche
Felación de viernes en la noche

Hace ya 3 años que nos decidimos con Martina a probar el Swinging y desde entonces ha pasado buena cantidad de agua bajo el puente, cómo dice el refrán, que muy bien conoce la sabiduría popular cuál es la manera correcta de hablar de cada tema, inclusive del intercambio de parejas que no es un tema tan difundido, pero que no por ello escapa a que le apliquemos cuanto dicho y refrán nos han legado. Y con el agua que pasó nos han quedado anécdotas que contar y algo de humedad en los panties de Martina, que por lo demás puedo decir que ha disfrutado a la par conmigo de esta aventura. Pero sabemos que no siempre es tan fácil y que a veces, sobretodo al principio, se puede estar lleno de dudas antes de decidirse a conocer más de este mundo. Es por eso que hemos reunido 10 de las preguntas que nos hacíamos antes de iniciar a ser Swinger, e inclusive que todavía nos hacemos, y las respuestas que poco a poco hemos construido para cada una de ellas. Sin más aquí están.

1 – El Swinging es un camino sin regreso?

Una de las preguntas que más rondaba en la cabeza de Martina cuando iniciamos a hablar de este tema es si íbamos a abrir una puerta que no podríamos cerrar y, aún peor, si nos conduciría a deteriorar nuestra relación, justamente la tercera pregunta de la lista. Recuerdo que una de las primeras parejas que conocimos en persona, con quienes infortunadamente no llegamos a tener una segunda cita porque se trasladaron de país, nos dijeron en aquella ocasión, en que los invitamos a nuestro apartamento, que para ellos ser Swinger no era algo ocasional, como que se quita y se pone, sino que era parte de su personalidad, así como se puede decir que eres malgeniado o que eres optimista. La opinión personal que me he formado es que iniciar en el Swinging fue conocer una parte de nuestra vida en pareja, que hasta ese momento no habíamos explorado y se puede decir que ya no somos la misma pareja que eramos antes de iniciar. En este ámbito si que resulta cierto eso de que ninguna persona se baña dos veces en el mismo río, porque luego de que inicias ya no eres la misma persona y el río también ha cambiado. Es por eso que es esencial conversar y aclarar dudas una y otra vez antes de empezar para que cada persona este a gusto con lo que siente y con lo que va a explorar.

2 – Qué es lo que quiero y por qué lo quiero?

Es posible que alguna vez hayan experimentado lo que llaman parálisis por análisis. Si es así, seguramente entenderán cómo nos sentimos con Martina en parte de nuestra exploración hacia experimentar el Swinging. Cómo nota al pie, ese tipo de situación me recuerda el TED Talk de Ruth Chang sobre cómo tomar decisiones difíciles. Aclarar nuestros sentimientos acerca de si ella o yo estaríamos celosos ya era bastante difícil, pero el hecho de sumarle el temor a ser descubiertos y el no saber en qué lugares de nuestra ciudad podíamos comenzar de forma segura, ya lo volvía una situación que parecía un rompecabezas. En ese momento hubiéramos atesorado contar con algo cómo nuestro listado de lugares para conocer otras parejas.

Personalmente algo que me hacía cuestionarme era la razón por la que me sentía interesado por el intercambio de parejas. Las parejas que exploran este mundo constituyen una minoría, que prefiere mantenerse en reserva, y en la poca información disponible sobre el Swinging resulta difícil discernir que es mito y que es realidad. Para mi ha sido liberador y atemorizante sentir que somos diferentes a lo que la mayoría de la sociedad acepta cómo lo correcto. ¿Será que está mal disfrutar mientras mi esposa está con otro hombre? ¿Será que está mal que ella disfrute viendo mientras yo estoy con otra mujer? ¿Qué pasa si dos hombres y una mujer se reúnen en una sola alcoba para darse placer mutuo? ¿De dónde nace ese deseo? Creo que todo esto daría para cultivar la ingeniosa curiosidad de 3 o 4 Freuds, sin embargo también se puede cuestionar la utilidad de responder cada uno de estos interrogantes.

Para hacer corta la larga historia, la respuesta acerca de qué es lo que queremos es algo que seguimos construyendo a medida que vivimos nuestra vida en pareja. Al comienzo no me llamaba la atención la idea de que Martina coqueteara con otro hombre, pero poco a poco me he dado cuenta de que me parece sexy fantasear con ello. Se que una variante cómo el cuckold no es para mí, aunque me llama la atención que ella seduzca otro hombre y me cuente su experiencia. Con el tiempo los gustos de Martina y míos han evolucionado y en ese sentido me suscribo a la hipótesis de que en el Swinging la constante es el cambio.

Por su parte, la pregunta acerca del porqué me parece que encuentra respuesta en un principio que aprendí en una capacitación en ventas, yo se que suena a charla de multi-nivel :), «la gente toma decisiones de compra emocionalmente, después las justifican racional o intelectualmente». El proceso de experimentar el Swinging ha sido para nosotros algo impulsivo, pero no por ello descontrolado. En definitiva si nos hubiéramos mantenido pensando, esta sería la hora y no estaría escribiendo este artículo, la cuestión es que a cada paso le hemos puesto su justificación y a cada justificación le asentimos con la cabeza, y es posible que erremos, pero que más da.

Por esta noche mejor dejamos el artículo en este punto para hacer digerible la lectura. Además las 8 preguntas restantes también necesitan su espacio para ser respondidas en la siguiente entrega de preguntas que nos hacíamos antes de probar ser swinger.

Si hay alguna pregunta que se han hecho y desean conocer la respuesta que nos hemos dado pueden dejarla en los comentarios.